viernes, 13 de septiembre de 2019

Palabras que motivan

Pintura de Rob Gonsalves


Puntillazos sobre las palabras que motivan
Nuestra fortaleza se puede medir a través de la capacidad que tenemos para resolver las condiciones más adversas. Pero, ¿Qué pasa cuando las adversidades nos superan? En muchos casos caemos heridos por la derrota y levantarnos se vuelve una tarea sumamente complicada.

Hoy en honor a los que se levantan más allá de sus dificultades, quiero ofrecer algunos puntillazos sobre las palabras que motivan. Esta vez, he buscado entre los poetas a dos refuerzos de altura, más adelante sabrán reconocerlos.

La humanidad ha inventado toda clase de artefactos para hacer su vida más cómoda y sin embargo, cada día su estado de insatisfacción es mayor. En las crisis que hoy se ciernen sobre el mundo, podemos identificar que se han creado más cosas de las que podemos adquirir. En efecto, el tener no es sinónimo de felicidad o satisfacción.

El asunto resulta complejo en cuanto al Ser y Sentir, puesto que hemos venido descendiendo a una crisis espiritual sin precedentes. Ante tal situación vale la pena preguntarse ¿cómo puedo ser feliz si no cultivo el espíritu? O en su defecto, ¿Cómo levantar mi moral si no hay un mundo sensible a mí alrededor? La ausencia de un mundo sensible es el resultado de enfoques y modelos sociales en los que nuestro valor se mide por la cantidad de objetos que somos capaces de producir, adquirir y consumir, de tal manera que nuestra forma íntima de relacionarnos con el universo queda relegada.
En mi caso particular, que no soy muy devoto de los templos y las iglesias, he encontrado una forma de contrarrestar los efectos nocivos de la sociedad mercantilizada, basada en el artefacto más importante inventado por el hombre; LA PALABRA.

Es así, en algunos casos cuando los problemas nos arropan hasta llevarnos al límite, una palabra puede salvarnos del abismo. Valorar la palabra es valorar el ser, entender la palabra como sustancia creadora, como terapia del espíritu, la palabra nos sirve de puente que nos conecta como comunidad humana.

¿Cómo se pretende ser feliz y sentir satisfacción si ignoramos el medio para alcanzarlo? La palabra nos conduce, no desde su forma lógica de comunicación, sino de nuestra capacidad individual para absorberla. Es decir, mayor será el impacto en mi de la palabra mientras mayor sea mi capacidad sensible. El medio para lograrlo todo es la palabra.

Considerando los anteriores argumentos, quería compartir con todos a mi primer invitado, el poeta de los versos que más han influido en mi vida cotidiana, se trata de Mario Benedetti, quién nos acostumbra a ver la flor en el pantano, quien nos ayuda a levantar la fogata en las noches oscuras, el mismo que nos invita a no rendirnos en ningún momento de nuestra vida.

En efecto, no venimos al mundo a rendirnos y entregar nuestra existencia a los demás, venimos al mundo a cultivar los sueños, a lograr propósitos y metas, hemos venido al mundo a luchar contra la corriente y no rendirnos. Para los que no se rinden quiero compartir el bello texto de Benedetti, titulado “No te rindas”


No te rindas

No te rindas, aún estás a tiempo
de alcanzar y comenzar de nuevo,
aceptar tus sombras, enterrar tus miedos,
liberar el lastre, retomar el vuelo.
No te rindas que la vida es eso,
continuar el viaje,
perseguir tus sueños,
destrabar el tiempo,
correr los escombros y destapar el cielo.
No te rindas, por favor no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se esconda y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma,
aún hay vida en tus sueños,
porque la vida es tuya y tuyo también el deseo,
porque lo has querido y porque te quiero.
Porque existe el vino y el amor, es cierto,
porque no hay heridas que no cure el tiempo,
abrir las puertas quitar los cerrojos,
abandonar las murallas que te protegieron.
Vivir la vida y aceptar el reto,
recuperar la risa, ensayar el canto,
bajar la guardia y extender las manos,
desplegar las alas e intentar de nuevo,
celebrar la vida y retomar los cielos,
No te rindas por favor no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se ponga y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma,
aún hay vida en tus sueños,
porque cada día es un comienzo,
porque esta es la hora y el mejor momento,
porque no estás sola,
porque yo te quiero.

En este texto en particular, subyace una filosofía para afrontar las situaciones más difíciles, es una ventana abierta para lograr todo aquello que nos proponemos. Este poema es la palabra que motiva, porque hay fuego en nuestra alma, porque esta es la hora y el mejor momento para levantarse y no caer de nuevo.

Hablando del momento perfecto para hacer las cosas, quiero compartir el texto de nuestro segundo invitado. En este caso, emerge el poeta norteamericano Walt Whitman con uno de sus más maravillosos poemas, “Carpe Diem” para enseñarnos a apreciar la importancia de lo instantáneo.

Saber que cada momento es una oportunidad para reflexionar nuestra existencia, para mirar nuestra vida como algo de un valor insustituible, para creer en nosotros mismos y por sobre todas las cosas, su palabra nos motiva a aprovechar el día, el instante del ahora. Así que, ahora comparto con todos el texto “Carpe Diem” de Walt Whitman.


Carpe Diem

No dejes que termine sin haber crecido un poco,
sin haber sido un poco más feliz,
sin haber alimentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie
te quite el derecho de
expresarte que es casi un deber.

No abandones tus ansias de hacer de tu vida
algo extraordinario…

No dejes de creer que las palabras, la risa y la poesía
sí pueden cambiar el mundo…

Somos seres, humanos, llenos de pasión.
La vida es desierto y también es oasis.
Nos derriba, nos lastima, nos convierte en
protagonistas de nuestra propia historia…
Pero no dejes nunca de soñar,
porque sólo a través de sus sueños
puede ser libre el hombre.

No caigas en el peor error, el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.

No te resignes…
No traiciones tus creencias. Todos necesitamos
aceptación, pero no podemos remar en
contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.

Disfruta el pánico que provoca tener
la vida por delante…
Vívela intensamente,
sin mediocridades.
Piensa que en tí está el futuro y en
enfrentar tu tarea con orgullo, impulso
y sin miedo.

Aprende de quienes pueden enseñarte…
No permitas que la vida
te pase por encima
sin que la vivas…”

La palabra a través de estos poemas funciona como una invitación para cultivar el ser y transformar nuestra forma de concebir el universo, entender que cada día es una oportunidad para conquistar el mundo es la esencia de la palabra que motiva, esa que se hace carne cuando la hacemos parte de nuestra forma de ser y sentir.

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