Pintura de Rob Gonsalves |
Puntillazos
sobre las palabras que motivan
Nuestra
fortaleza se puede medir a través de la capacidad que tenemos para resolver las
condiciones más adversas. Pero, ¿Qué
pasa cuando las adversidades nos superan? En muchos casos caemos heridos
por la derrota y levantarnos se vuelve una tarea sumamente complicada.
Hoy
en honor a los que se levantan más allá de sus dificultades, quiero ofrecer
algunos puntillazos sobre las palabras que motivan. Esta vez, he buscado entre
los poetas a dos refuerzos de altura, más adelante sabrán reconocerlos.
La
humanidad ha inventado toda clase de artefactos para hacer su vida más cómoda y
sin embargo, cada día su estado de insatisfacción es mayor. En las crisis que
hoy se ciernen sobre el mundo, podemos identificar que se han creado más cosas
de las que podemos adquirir. En efecto, el tener no es sinónimo de felicidad o
satisfacción.
El
asunto resulta complejo en cuanto al Ser
y Sentir, puesto que hemos venido descendiendo a una crisis espiritual sin
precedentes. Ante tal situación vale la pena preguntarse ¿cómo puedo ser feliz
si no cultivo el espíritu? O en su defecto, ¿Cómo levantar mi moral si no hay un mundo sensible a mí alrededor?
La ausencia de un mundo sensible es el resultado de enfoques y modelos sociales
en los que nuestro valor se mide por la cantidad de objetos que somos capaces
de producir, adquirir y consumir, de tal manera que nuestra forma íntima de
relacionarnos con el universo queda relegada.
En
mi caso particular, que no soy muy devoto de los templos y las iglesias, he
encontrado una forma de contrarrestar los efectos nocivos de la sociedad
mercantilizada, basada en el artefacto más importante inventado por el hombre; LA PALABRA.
Es
así, en algunos casos cuando los problemas nos arropan hasta llevarnos al
límite, una palabra puede salvarnos del abismo. Valorar la palabra es valorar
el ser, entender la palabra como sustancia creadora, como terapia del espíritu,
la palabra nos sirve de puente que nos conecta como comunidad humana.
¿Cómo se pretende ser feliz y
sentir satisfacción si ignoramos el medio para alcanzarlo?
La palabra nos conduce, no desde su forma lógica de comunicación, sino de
nuestra capacidad individual para absorberla. Es decir, mayor será el impacto
en mi de la palabra mientras mayor sea mi capacidad sensible. El medio para
lograrlo todo es la palabra.
Considerando
los anteriores argumentos, quería compartir con todos a mi primer invitado, el
poeta de los versos que más han influido en mi vida cotidiana, se trata de
Mario Benedetti, quién nos acostumbra a ver la flor en el pantano, quien nos
ayuda a levantar la fogata en las noches oscuras, el mismo que nos invita a no
rendirnos en ningún momento de nuestra vida.
En
efecto, no venimos al mundo a rendirnos y entregar nuestra existencia a los
demás, venimos al mundo a cultivar los sueños, a lograr propósitos y metas,
hemos venido al mundo a luchar contra la corriente y no rendirnos. Para los que
no se rinden quiero compartir el bello texto de Benedetti, titulado “No te rindas”
No te rindas
No te rindas, aún estás a tiempo
de alcanzar y comenzar de nuevo,
aceptar tus sombras, enterrar tus miedos,
liberar el lastre, retomar el vuelo.
de alcanzar y comenzar de nuevo,
aceptar tus sombras, enterrar tus miedos,
liberar el lastre, retomar el vuelo.
No te rindas que la vida es eso,
continuar el viaje,
perseguir tus sueños,
destrabar el tiempo,
correr los escombros y destapar el cielo.
continuar el viaje,
perseguir tus sueños,
destrabar el tiempo,
correr los escombros y destapar el cielo.
No te rindas, por favor no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se esconda y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma,
aún hay vida en tus sueños,
porque la vida es tuya y tuyo también el deseo,
porque lo has querido y porque te quiero.
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se esconda y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma,
aún hay vida en tus sueños,
porque la vida es tuya y tuyo también el deseo,
porque lo has querido y porque te quiero.
Porque existe el vino y el amor, es cierto,
porque no hay heridas que no cure el tiempo,
abrir las puertas quitar los cerrojos,
abandonar las murallas que te protegieron.
porque no hay heridas que no cure el tiempo,
abrir las puertas quitar los cerrojos,
abandonar las murallas que te protegieron.
Vivir la vida y aceptar el reto,
recuperar la risa, ensayar el canto,
bajar la guardia y extender las manos,
desplegar las alas e intentar de nuevo,
celebrar la vida y retomar los cielos,
recuperar la risa, ensayar el canto,
bajar la guardia y extender las manos,
desplegar las alas e intentar de nuevo,
celebrar la vida y retomar los cielos,
No te rindas por favor no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se ponga y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma,
aún hay vida en tus sueños,
porque cada día es un comienzo,
porque esta es la hora y el mejor momento,
porque no estás sola,
porque yo te quiero.
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se ponga y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma,
aún hay vida en tus sueños,
porque cada día es un comienzo,
porque esta es la hora y el mejor momento,
porque no estás sola,
porque yo te quiero.
En
este texto en particular, subyace una filosofía para afrontar las situaciones
más difíciles, es una ventana abierta para lograr todo aquello que nos
proponemos. Este poema es la palabra que motiva, porque hay fuego en nuestra
alma, porque esta es la hora y el mejor momento para levantarse y no caer de
nuevo.
Hablando
del momento perfecto para hacer las cosas, quiero compartir el texto de nuestro
segundo invitado. En este caso, emerge el poeta norteamericano Walt Whitman con
uno de sus más maravillosos poemas, “Carpe
Diem” para enseñarnos a apreciar la importancia de lo instantáneo.
Saber
que cada momento es una oportunidad para reflexionar nuestra existencia, para
mirar nuestra vida como algo de un valor insustituible, para creer en nosotros
mismos y por sobre todas las cosas, su palabra nos motiva a aprovechar el día,
el instante del ahora. Así que, ahora comparto con todos el texto “Carpe Diem” de Walt Whitman.
Carpe Diem
No dejes que termine
sin haber crecido un poco,
sin haber sido un
poco más feliz,
sin haber alimentado
tus sueños.
No te dejes vencer
por el desaliento.
No permitas que nadie
te quite el derecho
de
expresarte que es
casi un deber.
No abandones tus
ansias de hacer de tu vida
algo extraordinario…
No dejes de creer que
las palabras, la risa y la poesía
sí pueden cambiar el
mundo…
Somos seres, humanos,
llenos de pasión.
La vida es desierto y
también es oasis.
Nos derriba, nos
lastima, nos convierte en
protagonistas de
nuestra propia historia…
Pero no dejes nunca
de soñar,
porque sólo a través
de sus sueños
puede ser libre el
hombre.
No caigas en el peor
error, el silencio.
La mayoría vive en un
silencio espantoso.
No te resignes…
No traiciones tus
creencias. Todos necesitamos
aceptación, pero no
podemos remar en
contra de nosotros
mismos.
Eso transforma la
vida en un infierno.
Disfruta el pánico
que provoca tener
la vida por delante…
Vívela intensamente,
sin mediocridades.
Piensa que en tí está
el futuro y en
enfrentar tu tarea
con orgullo, impulso
y sin miedo.
Aprende de quienes
pueden enseñarte…
No permitas que la
vida
te pase por encima
sin que la vivas…”
La palabra a través de estos poemas
funciona como una invitación para cultivar el ser y transformar nuestra forma
de concebir el universo, entender que cada día es una oportunidad para
conquistar el mundo es la esencia de la palabra que motiva, esa que se hace
carne cuando la hacemos parte de nuestra forma de ser y sentir.